Antes de nada, me presentaré, mi nombre es Óscar García de Vinuesa Landa, farmacéutico titular de la Farmacia Landa en Pedro Muguruza 8. Esta farmacia la compraron mis padres, ambos farmacéuticos, con la ayuda de mi abuelo, también era farmacéutico, hace más de 50 años. Nací encima de la farmacia y actualmente sigo viviendo en la misma casa, ahora con mi mujer, también farmacéutica, y mis dos hijos. Espero ejercer mi profesión como mis padres hasta que la salud me lo permita.

Hace poco hablé con Jorge Galaso de Costa Fleming y me preguntó, cómo estaba y qué sensaciones tenía con la pandemia del Coronavirus, lo primero que le dije es que estaba muy preocupado, que había muchos pacientes que no venían a por su medicación habitual, que estarían tan preocupados por las noticias que no se acordarían de tomar sus tratamientos. Hablando con los conserjes y porteros del barrio me transmitían que había muchas personas mayores que no salían de casa, así que organizamos un servicio de entrega a domicilio de medicamentos y material de protección. 

He comprendido durante todos estos días que somos un círculo y estamos todos en un mismo barco. Una vecina vino a la farmacia, más tarde escribió una reseña en Instagram diciendo que teníamos de todo, ese mismo día me llamaron otros vecinos que recolectaban donaciones para los necesitados vendiendo sobaos, y que necesitaba guantes para que los repartiesen los cooperantes, le di todos los guantes que necesitaba. Al cabo de unos días me llamó una vecina que se había enterado del asunto y me dio las gracias por ser buena persona.

Jorge me ofreció la oportunidad de ayudar, querían regalar un pack con material de protección para los negocios del barrio y sus clientes. Se han repartido todos, más de 600 mascarillas, 6.000 guantes y muchos litros de hidrogel entre los comercios, pymes y restaurantes socios de Costa Fleming.  Me dio mucha alegría cuando vinieron a recogerlo a la farmacia, tuvimos la oportunidad de conocernos y hablar sobre la apertura de negocios con toda seguridad posible para poder ofrecer nuestros servicios a nuestros vecinos, amigos y clientes. Y que el barrio volviese a cobrar vida.

Mi conclusión de todo esto ha sido que, a pesar del sufrimiento de los familiares por la muerte de un ser querido,  me quedo con su entereza y sus ánimos para seguir adelante en estos días tan complicados que nos ha tocado vivir, con la solidaridad de unos vecinos con los otros, con los vecinos que he conocido y sus palabras de agradecimiento, aunque sea de balcón a balcón, con la ayuda entre profesionales, con los aplausos a las ocho de la tarde por los sanitarios, con  el trabajo bien hecho, con haber tenido de todo para la protección de mis vecinos y amigos, con las sonrisa de mis hijos al volver a casa, con las charlas con mi padre de los problemas de nuestros pacientes y con un  barrio que está lleno de buenas persona. Enhorabuena a todos.