La vida hay que vivirla, ¡y beberla! Saborearla gota a gota y sorber su esencia cada día como si fuera el último. Compartiendo esos momentos con amigos, familia, pareja, gato… Vamos, rodeado de la gente que quieres. Como cuando te tomas una buena cerveza.

Descubrimos en la cerveza nuestra manera preferida de vivir. Primero como costumbre social y más tarde, al entrever la cultura que la rodea, se convirtió en una pasión. Maridaba perfectamente con otra de nuestras inquietudes: viajar. Cervezas belgas, alemanas, inglesas, rubias, tostadas, negras, de Abadía… ¿Cómo nos habíamos podido perder todo esto hasta entonces? ¡Un no parar!

Poco a poco crecieron las ganas de saber más y en uno de los viajes Andrés se zambulló de lleno en el oro líquido e hizo su primera cerveza. Y así comenzó la siguiente etapa: nos conocimos Antonio y yo y descubrimos juntos un nuevo mundo: el de la cerveza artesana, la craft beer. Fue una etapa intensa y divertidísima de experimentos, pruebas y errores, en las que nos hicimos compañeros de elaboración y, con el paso del tiempo y muchas cervezas, amigos y socios.

Los dos somos ingenieros trabajando en cosas muy dispares. Antonio en finanzas y Andrés en los videojuegos. Pero teníamos muchas cosas en común, a los dos nos encantaban nuestras profesiones, pero sobretodo compartíamos la misma pasión: la cerveza.

Así que decidimos darle un giro lupulado a nuestras vidas. Nos hicimos socios, y fundamos una empresa de cerveza artesana: Damas Cerveza Artesanal. El marco perfecto para despertar todos nuestros sentidos y desatar todo el potencial que llevamos dentro creando cervezas de calidad. Y, más recientemente, empezamos a homenajear a nuestros queridos barrios de La Prospe y Suanzes lanzando la marca La Rubia del Barrio.

Hasta que un buen día…como explicároslo…hay días en lo que todo se alinea para que saborees la vida. Un sol espléndido y una temperatura adecuada. Una compañía alegre y dicharachera. Una amiga que piensa: “sabía yo que a estos dos había que juntarlos”. Risas. Una buena cerveza… Momentos cotidianos pero que son únicos e irrepetibles, en los que disfrutas de las pequeñas cosas de la vida. Así fue como descubrimos Costa Fleming.

¿Te imaginas la escena? Era en una terraza, ¿dónde iba a ser si no? Con vistas a la Plaza de Castilla, donde en cualquier momento un gigante narval podía saltar de las profundas aguas deleitándonos con una acrobacia. La brisa madrileña parecía que traía cantos de sirenas. Puede que sonase música de jazz, ¡o rocanrol!

Nosotros somos de barrio, muy de barrio. Y de cerveza, muy de cerveza. Los tres nos miramos y, mientras unos lo pensaban, otro lo verbalizaba: “¿Sabéis en lo que estoy pensando? La Costa Fleming se merece una buena cerveza”. Una cerveza fresca, alegre, comprometida, fácil de digerir. Que nos haga sentir orgullosos del lugar en el que vivimos. Que tenga el alma y el espíritu de la Costa Fleming: el equilibrio perfecto entre historia y modernidad.

Y, dicho y hecho, como por arte de magia. Pocos meses después nació el bebé. La cerveza “Costa Fleming”. La Rubia del Barrio. Una cerveza lager, de tipo Pilsen, de las de toda la vida. Aderezada con un toque distinto y alegre: como es la propia Costa Fleming. Que se adapta a los gustos más exquisitos. Un néctar en que zambullirte cuando estás en una terraza con amigos y que evoca antiguas historias y leyendas urbanas alrededor del lugar donde estás sentado.

Es una cerveza hecha por y para los vecinos, los hosteleros, comerciantes y turistas que visiten la Costa Fleming. Una cerveza hecha para ti. Para impactar en tu vida cotidiana desde la primera gota. Esperamos que la pruebes pronto y que te guste tanto como a nosotros.